No es fácil, pero se puede. Estar tranquila durante el día de tu boda sólo depende de una cosa: de ti. Por eso, vamos a ver algunos trucos que te pueden ayudar a estarlo o, al menos, intentarlo.
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- Es muy importante que, durante la noche anterior, descanses bien. En la medida de lo posible procura acostarte temprano, tampoco antes de tu hora habitual, date un baño relajante, cena ligero, disfruta de una peli en el sofá… No sé, aquello que más te calme y con lo que más a gusto te encuentres.
- Vete a dormir sabiendo que todo está bajo control. Si has planificado y organizado bien tu boda, no tienes por qué estar nerviosa, o al menos no pienses que algo va a salir mal. Y piensa que todo lo que estaba en tus manos ya está hecho. Y si algo falla, o no sale como tú habías planeado o pensado, no te preocupes. Nada es un drama. Lo principal es que disfrutes y lo pases bien. Relativiza.
- No te tomes ningún medicamento para dormir mejor o relajarte la noche de antes si no estás acostumbrada. No sabes cómo lo tolerará tu cuerpo y quizá sea peor el remedio que la enfermedad. Tú mejor que nadie sabrá cómo debes tranquilizarte y qué hacer para dormir mejor.
- Queda para peinarte y maquillarte con bastante tiempo. Aunque te digan que es demasiado, más vale pecar de que te sobre algo de tiempo para hacerte tranquila las fotos, o para lo que sea, que andar corriendo ya antes de llegar al enlace. Eso sólo haría que te pusieras más nerviosa.
- No te preocupes si sale un día de lluvia. Vale que no es la situación esperada pero no te apures ni te agobies. De hecho, intenta sacarle partido, prepara unas divertidas botas de agua y unos chulísimos paraguas si prevés que puede salir un día pasado por agua y realiza unas fotos originales y alegres con los complementos.
- Ten a mano un kit de emergencia (que lo lleve tu madre, una amiga, quien tú veas mejor). Algo de maquillaje para retocarte, unas horquillas, tiritas, pañuelos, recambio de zapatos para bailar muchísimo…
- Respira hondo. Respira, observa que estás rodeada de toda la gente a la quieres y que te adora, mira a tu pareja. Coge su mano y toma fuerzas si lo necesitas en cualquier momento. Y, sobre todo, sonríe, es tu día, el que con tanta ilusión y ganas has preparado. No dejes que los nervios ganen la partida. Es el momento de disfrutar de cada momento, de cada mirada, de cada abrazo, de cada sensación.
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Muy buenos consejos y yo añadiría otro más.
Acuéstate prontito con tu chico y sacude las sábanas.
Verás como duermes súper relajada y al día siguiente estás como una rosa.
Saludos!!!